Constancio III, el hombre que pudo reinar

  

 

   “En las procesiones públicas, Constancio aparecía abatido y malhumorado. Era un hombre de ojos saltones, largo cuello y cabeza ancha que siempre desmontaba dejándose caer bruscamente por encima del cuello del caballo y que después lanzaba rápidas miradas acá y allá por el rabillo del ojo…Sin embargo, en los banquetes y celebraciones era tan alegre y amable que llegaba incluso a competir con los bufones que solían actuar frente a su mesa” (frg. 23) (descripición de Constancio según el poeta e historiador Olimpiodoro, recogida por Heather, 304).

 


                                         (Sólido de Constancio III https://upload.wikimedia.org)

Flavio Constancio, quien acabaría siendo el emperador Constancio III, nació en la ciudad de Naissus, actual Nis (Serbia), en la provincia Dacia Mediterránea, perteneciente a la diócesis de Dacia, cuna también del emperador Constantino. Desconocemos por completo su fecha de nacimiento y no tenemos noticia alguna sobre su infancia o carrera militar y/o civil hasta la primera década del siglo V. Se ha especulado con la idea de que se formara como soldado bajo las órdenes de Teodosio (incluso hay quien lo hace participar, sin pruebas, en la batalla del río Frígido) y posteriormente de Estilicón, bajo quien, suponen algunos, habría prosperado, incluso, como quiere O’Flynn, alcanzado un alto rango. A favor de este argumento se ha aducido que se encargó de eliminar a los asesinos de su predecesor, Olimpio y Heracliano.  Pero si hubiera sido un prominente militar o alguien cercano a Estilicón, hubiera muerto en 408, cuando el general y sus más cercanos fueron asesinados. Por lo tanto, es mejor la prudencia: si fue un estiliconiano, sería de segundo orden, como les pasó a Aecio y a su padre Gaudencio. 


 

                                               (Naissus, actual Nis upload.wikimedia.org)

Su primera actuación militar se produjo, según W. Lütkenhaus y estoy plenamente de acuerdo con él, en la provincia Tarraconense, donde derrotó y obligó a huir al usurpador Máximo en 411. Posteriormente, y esto ya está atestiguado claramente por las fuentes, sitió al también usurpador Constantino III en Arlés, ejerciendo como jefe de la infantería (magister peditum), quizá ya desde 410, acompañado del godo Ulfilas como jefe de la caballería (magister equitum). Acabaron rápidamente con el usurpador, pero inmediatamente surgió otro, un tal Jovino, que apoyado por diversos pueblos germanos se proclamó emperador en el norte de la Galia en 412. Pero Constancio optó por no enfrentarse a él por ahora y volvió a Italia, seguramente a asegurar su preeminencia política.

Comenzó entonces Constancio lo que sería uno de los ejes de su geoestrategia: utilizar a contingentes germanos para solucionar problemas militares sin comprometer al ejército romano. Selló un foedus con el rey godo Ataulfo, sucesor de Alarico, por el cual los godos se encargarían de Jovino a cambio de trigo y tierras en Galia. Ataúlfo cumplió con efectividad su labor y el usurpador pasó literalmente a la historia sin mayor complicación; a cambio, los godos ocuparon tierras en Aquitania. 


 

                     (Ataúlfo, según cuadro de Raimundo Madrazo (1858): es.wikipedia.org)

Pero, sorpresa, las complicaciones llegaron por parte romana: Heracliano, gobernador de África y participante en la conjura para asesinar a Estilicón, se rebeló, negándose a enviar trigo; a cambio, envió un ejército a Italia. Obviamente, Ataúlfo no se lo tomó a bien y conquistó Narbona en el año 413 e intentó hacer lo propio con Marsella, pero estaba defendida por un tal Bonifacio y resistió el embate godo. Además, y esto era mucho peor, se casó con la hermana de Honorio, Gala Placidia, rehén de los godos desde el saqueo de Roma en 410. Inaceptable para Constancio, que buscaba lo mismo que Estilicón, emparentar con la familia imperial. Así que se puso manos a la obra: envió a un subordinado a encargarse de Heracliano, lo que hizo con todo éxito, mientras él encabezaba el ejército romano, que, en vez de enfrentarse al godo en campo abierto, bloqueó sus accesos terrestres a la Galia. Esto obligo a Ataúlfo a cruzar los Pirineos e ingresar en Hispania y asentarse en Barcelona a finales de 414-principios de 415. Allí nacería su hijo con Placidia, llamado Teodosio, que murió prematuramente (y provocando un fascinante “que hubiera pasado si…”) y allí fue asesinado por un tal Sigerico por una rencilla familiar, de esas que tanto gustaban a los godos.

Su sucesor fue Valia, que condujo a su pueblo hacia el sur, intentando hacer lo que Alarico no pudo: cruzar a África. Pero Constancio seguía bloqueando los puertos hispanos y los pasos pirenaicos, llevando a los godos al hambre. Llegados a esta situación insostenible, Walia firmó con Constancio otro foedus (año 414), por el cual los godos se encargaban de eliminar al resto de pueblos bárbaros que se habían asentado en Hispania a cambio de, literalmente, comida. Walia era muy cumplidor y en 416-417 exterminó a la población militar de alanos y vándalos asdingos y arrinconó a vándalos asdingos y suevos en Gallaecia, donde se disponía a eliminarlos. Pero, de repente, Constancio decidió retirar a los godos de Hispania y asentarlos en la diócesis de Aquitania, creando el Reino_visigodo_de_Tolosa. ¿Por qué? Hay teorías diversas: la de que los godos se estaban haciendo demasiado fuertes y la derrota, y posterior etnogénesis, de vándalos y suevos le preocupaba, parece muy razonable. También buscaba evitar una instalación de los godos por su cuenta en Hispania, y si lo hacían en las provincias mediterráneas podría suponer un grave trastorno. 


 

(Reino godo de Tolosa a partir de Javierfv1212 para https://fr.wikipedia.org/wiki/Fichier:Visigothic_Kingdom.png).

En cualquier caso, el asentamiento godo supuso que Constancio los dejase de usar como fuerza militar y pasó a la segunda parte de su plan (porque no cabe duda de que tenía un plan): el uso del ejército romano. Así, en 417 el general Exuperancio limpió Armórica de esclavos rebelados y restos de germanos, posiblemente un comes Britanniarum fue enviado a Britania en 418-19 y en 420 un ejército romano al mando del comes Hispaniarum fue enviado a Gallaecia para terminar el trabajo de los godos.

El comes Hispaniarum nombrado para la ocasión fue Asterio, quien llegó a la diócesis con las tropas que la Notitia Dignitatum pone bajo su mando: 11 auxilia palatina y 5 legiones comitatenses, un pequeño ejército de campaña de 10.500 soldados de infantería (NDOcc 7.118). Asterio instaló su campamento en Tarragona y aprovechó que suevos y vándalos estaban en guerra abierta para atacar. La batalla no fue del todo bien, pues aunque derrotó a los vándalos, no puedo evitar que escaparan al sur y llegarán a la provincia Baetica. Pero eso es otra historia a la que dedicaré su tiempo.


 

(Tropas del comes Hispaniarum según la Notitia Dignitatum, según edición de O. Seeck: books.google.es/books)

Hasta ahora hemos visto dos de los principales ejes de la restauración del poder imperial emprendida por Constancio: el uso de los godos para eliminar a los, en principio, más poderosos enemigos del Imperio y, en una segunda fase, la utilización del ejército imperial con generales romanos para acabar con amenazas menores. La tercera vía fue la de la recuperación de la administración romana, civil y militar, que había quedado trastocada en partes del imperio tras la muerte de Estilicón. He señalado la creación de los comitatus de Britania e Hispania (y seguramente Iliria) en el plano militar. En el civil, su contribución fundamental fue la restauración del Concilium septem prouinciarum en 418, herencia de un concilio que agrupaba a las provincias galas meridionales. También es muy probable que restaurara la administración provincial en la Diocesis Hispanarum, trastocada desde 408. Sabemos que volvía a haber vicario, en este caso Maurocello, y probablemente al conde Asterio le acompañara el Prefecto del Pretorio de las Galias para hacer efectiva esta restauración administrativa.

A la par que iba actuando militar y civilmente, Constancio iba cimentado su carrera política. Sabemos por una ley del Código de Teodosio que en 412 ya ejercía el poder como magister militum. Su poder estaba lo suficientemente asentado en ese año como para permitirle asegurarse del nombramiento de Patroclo, cercano a él, como obispo de Arlés, pues Constancio no solo era católico sino que estaba muy interesado en la política eclesiástica. En 414 fue cónsul por primera vez (sufragando la campaña con las posesiones confiscadas a Heracliano) y en 415 o 416 fue nombrado patricius, el más alto honor. Su golpe maestro fue su boda con Gala Placidia, lo que le convertía en parens del emperador Honorio y firme candidato al trono, sin los problemas que tuvo Estilicón por su ascendencia germana. La boda se celebró el 1 de enero de 417 y del enlace nacerían dos niños llamados a ser famosos: Justa Grata Honoria y el futuro Valentiniano III, del que no cabe duda de que hubiera sido otro bajo la tutela de su padre. Ese mismo año fue cónsul por segunda vez, esta vez en compañía del propio Honorio, lo que era un gran honor. Su tercer consulado fue en 420, en compañía, muy significativa, de Teodosio II, augusto oriental. Finalmente, el ocho de febrero de 421 fue elevado a augusto de la pars Occidentis, en compañía de Honorio. Por desgracia, falleció de muerte natural al poco tiempo, el dos de septiembre de ese mismo año, abriendo un período de guerra civil que duró 15 años  y fue definitivo para la historia de Roma. Su muerte supuso, sin duda, un antes y un después en la historia del Imperio Romano y es más importante políticamente que la de Estilicón y Aecio.

 


 

                                (Sólido de Gala Placidia 425-426 : commons.wikimedia.org)

Termino con la descripción que hizo de él Jordanes: “uir industria militari pollens multiusque proelis gloriosus” (Get. 164).

Bibliografía:

M. Cesa. 1994.  Impero Tardontico e barbari: la crisi militare da Adrianopoli al 418. Como: Edizioni New Press.

G. D. Dunn. 2014. Flavius Constantius and affairs in Gaul between 411 and 417. JAEMA 10, 1-21.

Heather, P. 2006. La caída del Imperio Romano. Traducción de T. Fernández y B. Eguibar. Barcelona: Crítica.

I. Hughes. 2021. Constantius III. Rome’s Lost Hope. Barnsley: Pen&Sword Military.

W. Lütkenhauss. 1998. Constantius III. Studien sur seiner Tätigkeit und Stellung in Westreich 411-421. Bonn: Habelt.

J. R. Martindale. 1980. The Prosoprography of the Later Roman Empire vol. II. Cambridge: Cambridge University Press.

J. F. Matthews.1975. Western Aristocracies and Imperial Court. A. D. 364-425. Oxford: Oxford University Press.

M. A. McEvoy. 2013. Child Emperor Rule in the Late Roman West, AD 367-455. Oxford: Oxford University Press.

J. M. O`Flynn. 1983. Generalissimos of Western Roman Empire. Edmonton: The University of Alberta Press.

 

 

 

 

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